“…Por otra parte, diversos estudios se han propuesto estudiar si la comorbilidad de TEA y TDAH tiene un efecto en la severidad de las conductas autistas (Gadow, DeVincent y Pomeroy, 2006;Goldstein y Schwebach, 2004;Rao y Landa, 2014;Sprenger et al, 2013;Yerys et al, 2009), en la severidad de los comportamientos disruptivos (Holtmann, Bölte y Pustka, 2007; Goldin, Matson, Tureck, Cervantes y Jang, 2013;Grzadzinski et al, 2011;Jang, Matson, Cervantes y Goldin, 2013b;Konst, Matson y Turygin, 2013;Tureck, Matson, May y Turygin, 2013;Yerys et al, 2009), o en la sintomatología depresiva y otros trastornos internalizantes (Grzadzinski et al, 2011;Holtmann et al, 2007;Kotte et al, 2013). El enfoque que han adoptado la mayoría de estos trabajos es el de la comparación de la severidad de la sintomatología en al menos 2 grupos: un grupo de sujetos con TEA+TDAH y uno o dos grupos de sujetos que presentaban solo uno de estos diagnósticos de manera aislada.…”