“…Por consiguiente, han de inducirlos hacia la práctica de la AF, con independencia en lo referente a sus carencias o particularidades, a fin de que mejoren también su AE; estas apreciaciones concuerdan con las expuestas por Castillo, Balaguer y García (2007), en cuanto a que los padres también pueden contribuir en el crecimiento físico y en la mejora de la AE de sus hijos. Además, se pueden aprovechar los espacios en los cuales los integrantes de la familia comparten sus alimentos, su tiempo libre, los juegos de diversión, la televisión, el paseo de fin de semana, el uso de las TIC, entre otras, las cuales preservan algunos valores culturales, pero que no se contraponen a las formas de crianza contemporáneas (O Herrera, Bedoya y Alviar, 2019)(Jiménez, Martínez, Miró y Sánchez, 2008); al aumentar la frecuencia de ejecución de AF, se generan efectos positivos sobre la AE estudiantil(Biddle & Asare, 2011).…”