“…No cabe duda que dentro de la sociedad actual se ha producido un aumento considerable de denuncias por conductas violentas en la escuela, ante esta situación algunos autores como Anderson & Bushman (2002) o Garfield & Llanten (2004), indican que las cifras constituyen una epidemia del siglo XXI; en diversos contextos ha aumentado la sensibilidad hacía esta situación e intentan de una manera fehaciente alcanzar medidas que palíen este hecho. Entre las posturas adoptadas se encuentran el estudio de las estrategias de afrontamiento y emociones como señalan Mestre, Samper, Tur-Porcar, Richaud de Minzi y Mesurado (2012), otros autores analizan el tipo de agresividad que predomina, por sexo y edad y buscan medidas que aminoren o desfavorezcan esas situaciones (Chahín-Pinzón, Lorenzo-Seva, & Vigil-Colet, 2011), a estos debemos de unir aquellos que tienen en cuenta aspectos intrínsecos en la escuela como es por ejemplo, el clima escolar, que condiciona de manera directa o indirecta a nuestros escolares (Aron, Milicic, & Armijo, 2012). Del mismo modo debemos indicar multitud de programas realizados encaminados a la prevención de esta problemática desde hace décadas (Viera, Fernández-García, & Quevedo, 1989;Cerezo & Esteban, 1992;Mora-Merchán & Ortega, 1997;Pareja, 2002).…”