Characteristics of Graves’ Disease in Haemodialysis Patients

Abstract

Abnormal thyroid hormone production and metabolism are relatively common in chronic renal failure and in regular haemodialysis. Chronic kidney disease is associated with decreased thyroid hormone concentrations, especially triiodothyronine (T3), which are referred to as the euthyroid sick syndrome associated with increased severity of non-thyroidal illness and mortality in cats and dogs. Hyperthyroidism is a very unusual condition in patients undergoing regular haemodialysis. Graves' disease is rare in these patients. To our knowledge, till now only 8 well documented cases of Graves' disease have been reported in patients undergoing regular haemodialysis. The diagonsis of Graves' disease must be evoked in presence or even in the absence of specific symptoms of the disease in haemodialysis patients. Diagnosis of hyperthyroidism may be difficult because of similar signs and symptoms as in uremia and manifestions are inhabitual. Indeed, hypertension, gynaecomastia, anaemia and hypercalemia can be seen in the two pathologies. Amost all patients undergoing regular haemodialysis received iodine 131 therapy for the treatment of Graves' disease. This treatment is efficient and safe. Isolation of the patient is not recommanded. The risk for dialysis staff is to be contaminated by an accidental ingestion of a biologic fluid from the patient. The usual protection barriers used during the haemodialysis session are sufficient.

Graves′ disease in a dialysis dependent chronic renal failure patient

“…in a comprehensive review noted that only eight well documented cases of GD were detected in ESRD patients. [ 8 ] The present case demonstrated clinical features of hyperthyroidism with diffuse goiter and orbital involvement suggesting an autoimmune etiology. The Tc 99 scintigraphy also noted excess uniform concentration of the radiopharmaceutical.…”

Radioyodo como tratamiento de hipertiroidismo en un paciente en hemodiálisis: Caso clínico

“…En pacientes con ERCT en HD el 131-I presenta un comportamiento distinto, tanto en CDT como en hipertiroidismo. Estudios han mostrado que la actividad máxima del 131-I se produce al segundo día post administración 3,[6][7][8] . La tasa de eliminación después de cada sesión de HD es menor en hipertiroidismo que en CDT (2,7-5,5% versus 50-70%, respectivamente) 3,11,12 , determinando tiempos de vida media efectiva en pacientes hipertiroideos de 6,5-7,1 días 3,11,12 .…”

“…Estudios han mostrado que la actividad máxima del 131-I se produce al segundo día post administración 3,[6][7][8] . La tasa de eliminación después de cada sesión de HD es menor en hipertiroidismo que en CDT (2,7-5,5% versus 50-70%, respectivamente) 3,11,12 , determinando tiempos de vida media efectiva en pacientes hipertiroideos de 6,5-7,1 días 3,11,12 . En este caso se utilizó una dosis estándar de 131-I para hipertiroidismo, teniendo en consideración que, a diferencia de lo que ocurre en pacientes tiroidectomizados por CDT, la dosis requerida para tratamiento del hipertiroidismo es significativamente menor, además de que esta dosis sería captada en su gran mayoría por el tejido tiroideo sin exponer a exceso de radiación a otros órganos; por otra parte, se estimó una dosis suficiente para tratar en forma definitiva el hipertiroidismo y evitar la necesidad de una segunda dosis de 131-I.…”

“…El hipotiroidismo, hipotiroidismo subclínico y bocio son entidades más frecuentes en pacientes con ERCT que en la población general, a diferencia del hipertiroidismo que tiene la misma incidencia que en individuos sin ERCT, siendo alrededor del 1,4% [1][2][3][4] . Es esperable entonces, dado el bajo número de casos, que exista escasa experiencia con el uso de radioyodo (131-I) cuando un paciente en hemodiálisis requiere de su administración.…”

“…Dado que en pacientes con función renal conservada más del 90% del 131-I se elimina vía renal [1][2][3] , los protocolos de administración y selección de la dosis de 131-I en pacientes que están recibiendo hemodiálisis deben ser cuidadosos para minimizar las complicaciones y la exposición del personal a cargo de la terapia dialítica 5,6 . El caso que se presenta a continuación fue estrechamente monitoreado con el objetivo de medir la tasa de exposición a radiación de la paciente, del personal de salud y la contaminación radiactiva de los equipos de diálisis, para determinar el comportamiento del 131-I en este contexto clínico.…”