U n bien muy apreciado e importante para la sociedad es la salud, que constituye una responsabilidad básica de los gobiernos y además, de los médicos que la sustentan en conjunto con las diversas profesiones de colaboración.La profesión médica se define como una actividad de servicio al cuidado del individuo enfermo, por lo que en esencia busca el beneficio sin causar daño 1 . Por ello, cuando los individuos enferman, aprecian y agradecen la ayuda médica y como fruto de la relación médico-paciente que se establece, el médico pasa a gozar de alta estima 2 . Pero, para responder a ella, ha debido realizar muchos sacrificios en la universidad, entre los cuales destacan el largo tiempo de estudios, la adquisición de conocimientos y competencias complejas y la demostración de gran espíritu de servicio. En suma, debe poseer una adecuada combinación de cualidades intelectuales, morales y éticas que son la base del profesionalismo médico 3 .Para preparar profesionales con esas características, las universidades deben enfrentar un gran desafío y adquieren una gran responsabilidad. Desafío porque se necesita una enorme cantidad de recursos humanos y estructurales para realizar una docencia activa, integral y de calidad. Responsabilidad, porque el proceso formativo debe cumplir estándares de calidad muy exigentes y óptimos, porque está en juego la vida del ser