“…Finalmente, un aspecto complementario reciente son las nuevas tecnologías que se han desarrollado, tales como el estudio de isótopos estables para determinar paleodietas, paleoclimas, migraciones, historias de vida y fechamientos, así como abordar, desde las herramientas tradicionales, estudios de anillos de crecimiento para conocer la dinámica poblacional; y de tafonomía para entender la formación del fósil y del depósito (e.g., Casselman, 1983;Iglesias-Martín y Soler-Gijón, 1999;Kocsis, Ős, Vennemann, Trueman y Palmer, 2009;Wang et al, 2008). En particular, las técnicas con isótopos estables de C, O y N dependen del colágeno y de otras biomoléculas conservadas en el fósil y que un organismo animal elabora a partir de la ingesta de agua y de alimento y, a su vez, la relación isotópica que en esas moléculas hay de los átomos (␦ 18 O, ␦ 13 C y ␦ 15 N) depende de las vía de fijación del CO 2 atmosférico de los organismos fotosintetizadores, de la temperatura ambiental y del nivel trófico y amplitud del nicho del consumidor; estas técnicas han sido instrumentadas desde hace varias décadas, especialmente a restos subfósiles y recientes, por lo que existe una amplia literatura al respecto tanto de los aspectos teóricos como de su aplicación (e.g., Aurioles-Gamboa, Rodríguez-Pérez, Sánchez-Velasco y Lavín, 2013;Carré, Bentaleb, Fontugne y Lavallée, 2005;Craig, 1954;Clementz, 2012;Davis, 1987;Dawson y Siegwolf, 2007;Flanagan, Ehleringer y Pataki, 2005;Gonfiantini, 1978;Hobson y Wassenaar, 2008;Kennett y Voorhies, 1996;Moreno, Zangrando, Tessone, Castro y Panarello, 2011;Pérez-Crespo, Alva-Valdivia, Arroyo-Cabrales y Polaco, 2010;Shackleton, 1973); su uso hacia los restos fósiles de peces en México, especialmente de los menos antiguos y con mayor probabilidad de conservar biomoléculas, podría complementar información sobre la dinámica de las poblaciones fósiles, el paleoclima al que estuvieron sujetas, las dietas y los hábitos de migración local y regional, tal y como se ha estado obteniendo para la mastofauna fósil (e.g., Pérez-Crespo et al, 2009;. Un ejemplo de ello sería el análisis de los restos de Algansea y de sedimentos de la cuenca de México, que podría dar respuestas sobre las condiciones ecológicas del lago y de los alrededores, sobre su dieta y sobre la fidelidad o no a un área particular del lago.…”