COMVC-19: A Program to protect healthcare workers' mental health during the COVID-19 Pandemic. What we have learned

Dimensions of emotional distress among Brazilian workers in a COVID-19 reference hospital: A factor analytical study

“…This is consistent with previous studies[ 30 , 39 , 40 ] that have demonstrated an increased level of sleep problems among such professionals, with a frequency reaching 45%. A study describing the experience of supporting HWs in the current pandemic also reported a high frequency of sleep complaints and suggested specific support be provided for this condition[ 41 ]. Several aspects may be associated with these sleep changes, including physical exhaustion, quarantine, sleeping in unfamiliar places, separation from family, concerns about getting infected or infecting close contacts, and long work shifts[ 42 , 43 ].…”

Effectiveness of a Mindful Compassion Care Program in reducing burnout and psychological distress amongst frontline hospital nurses during the COVID-19 pandemic: a study protocol for a randomized controlled trial

“…Currently several groups across the world are working to develop initiatives aimed at supporting the well-being of HCWs facing the psychological impacts of the COVID-19 pandemic, through easy-to-access supportive psychological services [5][6][7]. However, there is a lack of evidence from randomised trials testing interventions with a sound base of evidence that can inform the selection of treatments that may be beneficial to the mental health of frontline HCWs facing the current pandemic [8].…”

Polidimensionalidad social y laboral de los determinantes de la salud ante el Sars-CoV-2

“…Contrariamente, la pandemia por Covid-19 también desarrolló en los trabajadores respuestas emocionales patológicas, entre ellas se encontró un nivel medio de estrés en el trabajo, como un factor inadaptativos del trabajador, quien manifestó su preocupación latente a ser contagiado por el virus del Sars-CoV-2, en su trayecto a sus lugares de trabajo y/o durante su jornada laboral, encontrándose expuesto a situaciones de riesgo (Bellido Medina et al, 2021;Muñoz-Fernández et al, 2020;Fukuti et al, 2021). Otras de las respuestas no adaptativas encontradas son la ansiedad y la depresión, donde se apreció que los trabajadores que afirman haber estado en contacto con personas con Covid-19, presentan mayor incidencia de ansiedad y depresión, que aquellas que no lo presenta, estando más preocupadas por la posibilidad de presentar la enfermedad (Guilland et al, 2021).…”

“…Desde el punto de vista la Laboral, igual que la anterior, se dieron múltiples cambios en cada uno de sus factores formadores, como por ejemplo la remuneración, viéndose las organizaciones en la necesidad de aplicar estrategias como disminución del número de horas laborables y/o reducciones salariales de sus trabajadores, para lograr paliar los efectos de la crisis económica producto de la desestabilización de los mercados, sistemas de producción y consumo (OIT, 2022), que afectó a la población mundial. Por otra parte, la estabilidad se vio muy afectada, con pérdida de más de 49 millones de empleos a nivel mundial (OIT, 2022), generando temor en la fuerza laboral empleada ante un posible despido por reducciones de costos operacionales de las organizaciones para evitar el cierre definitivo de las mismas (de los Rios et al, 2020;Mamani-Benito et al, 2022;Van Egdom et al, 2022); de igual forma se incrementó la incertidumbre en aquellos empleados postcovid y reincidentes de la enfermedad, en cuanto a su estabilidad laboral y reinserción en sus puestos de trabajo (OSHA, 2021), lo que en su conjunto alteró el nivel de bienestar en los trabajadores, por un lado se apreció el efecto positivo del engagement en los trabajadores, quienes cada vez dieron más por sus organizaciones incrementando progresivamente el nivel de satisfacción (Corrales Perez, 2022;Herrera et al, 2022); contrariamente, se encontró también respuestas emocionales patológicas ante estresores producto de la pérdida del empleo y la inseguridad producto de la misma, así como incremento de depresión, ansiedad y estrés percibidos en las personas (Muñoz-Fernández et al, 2020;Fukuti et al, 2021). En relación al entorno, la pandemia permitió el desarrollo de nuevas modalidades de trabajo a través del teletrabajo (Delgado de la Matta, 2020), sin abandonar la presencialidad, a pesar de los riesgos biológicos que ello conlleva (Leso et al, 2021), generando alteraciones en los horarios laborales como estrategia económica, con reducciones en el total de horas laborables (OIT, 2020; OIT, 2022) y de salud, con escalonamiento de los horarios de entrada y salida para evitar la conglomeración de trabajadores, incrementando el distanciamiento y minimizando la exposición involuntaria al virus en beneficio de los trabajadores (Pachas, 2021;Pérez-Ferrer et al, 2021), todo con miras a incrementar la seguridad y salud de los empleados, con intensificación de los protocolos de higiene en las organizaciones (Dávila Morán et al, 2021b), implementación de controles sanitarios más severos (Leso et al, 2021) e incremento de la vigilancia epidemiológica para evitar los repuntes en los niveles de contagio, creación de estrategias para el manejo asertivo de la pandemia y minimizar los niveles de riesgo (Benavides, 2020;González & Salazar, 2020) a causa del virus del Sars-CoV-2 causante del Covid-19.…”