“…Entre las modalidades turísticas que se pueden acometer en el contexto de la Ruta Bioceánica, cabe destacar (ASATO et al, 2019;MAMEDE et al, 2019;FERREIRA;CASTILHO;OLIVEIRA, 2019): (a) turismo de negocios y eventos, basado en el movimiento de personas interesadas en transacciones comerciales entre países sudamericanos; (b) el turismo histórico, que puede aprovechar el patrimonio histórico existente en la región, destinado -por ejemploa la Guerra del Paraguay (1864-1870), que fue un acontecimiento importante en la historia de América del Sur; (c) el turismo cultural y étnico, que impregna la identidad e incluso los aspectos gastronómicos de los pueblos y comunidades sudamericanos, tan diversos desde el punto de vista cultural; (d) el turismo de aventura y grandes expediciones, con actividades de senderismo, escalada, ciclismo, rally y similares; (e) el turismo pesquero, incluida la pesca deportiva, que ya es una actividad muy prometedora en todo el curso del río Paraguay; (f) el ecoturismo, basado en paisajes naturales muy singulares, como el Pantanal y el Cerrado brasileños, el Chaco paraguayo, incluso los Andes argentinos y chilenos; (g) el turismo de observación de la fauna y flora silvestres y, más concretamente, el turismo de observación de aves, (birdwatching), que es muy prometedor en función de las especies animales endémicas de América del Sur.…”