“…En primer lugar, a través de sus diferentes posibilidades introducen en el aula nuevas formas, tipologías y soportes de lectura y potencian la adquisición y desarrollo de diferentes competencias, sobre todo, la competencia comunicativa, la lingüística y digital, pero también la lectora y literaria, tanto en lenguas maternas como en lenguas extranjeras, la cultural y artística o la ciudadana, tal y como diferentes investigaciones recientes han apuntado (Alcantud, 2010;Arbonés, 2013;Ballester e Ibarra, 2016;Borrás, 2005;Cassany, 2012;Del Moral y Rey, 2015;Del Moral, Villalustre y Neira, 2016;Ibarra y Ballester, 2016a;Tabernero y Calvo, 2016;Villalustre y Del Moral, 2014). En segundo, promueven la reflexión y formación en torno a la alfabetización (Ferreiro, 2011), literacy (Cassany, 2006) o las nuevas alfabetizaciones, entre las que Coll destaca el "digital, tecnológico o electrónico -digital literacy, technological literacy o e-literacy-, el alfabetismo visual -visual literacy-o el alfabetismo informacional -information literacy-" (2005: 7) y el aprendizaje multimodal que éstas requieren (Jewitt, 2009;Street et al, 2009). Así, diferentes trabajos han profundizado sobre el potencial de las narrativas digitales para el desarrollo de la alfabetización multimodal en los diferentes niveles educativos y materias, como Brenner (2014), Dogan y Robin (2008), Ibarra y Ballester (2016), Genishi y Goodwin (2008), Gregori-Signes (2014), Jones and Hafner (2012), Ohler (2008Ohler ( , 2013, Robin (2008), Rodríguez Illera y Londoño, 2010, entre otros.…”