“…Ahora bien, si es cierto que la Convención significa un importante avance en el plano formal, desde un abordaje sociológico, es reconocido que la existencia de instrumentos legales no es requisito suficiente para modificar inmediatamente los esquemas de percepción y las prácticas sociales que convierten a la discapacidad en una desventaja (Soto Martín, 2011;Vite Pérez, 2012;Russell, 2008). Llamando la atención sobre estos puntos, a nivel latinoamericano, asociaciones de personas con discapacidad 1 y muchos autores han señalado la distancia entre la "posición asumida [por la Convención] y la efectiva implementación" (Courtis, 2009: 412;Acuña y Goñi, 2010;Vite Pérez, 2012;Pantano, 2009), la inconsistencia entre la Convención y las leyes vigentes sobre discapacidad a nivel nacional ( Joly, 2008;Brogna, 2012; Ferrante, 2013), la necesidad de trasladar el debate de la razón jurídica a la ética (Skliar, 2010;Pantano, 2009; Arteaga y Dyjak, 2006), la vigencia de los esquemas de percepción del pasado en el presente (Brogna, 2009(Brogna, , 2012Ferrante, 2012) y la proliferación de dispositivos de inclusión excluyente y nuevas formas de vulnerabilidad (Almeida, 2009;Vite Pérez, 2012).En este sentido, tanto los abordajes actuales del modelo social (Barnes, 2010;Oliver, 2008) como aquellos que comprenden a la discapacidad como problema no resuelto por la justicia social (Nussbaum, 2007) o cuestión del desarrollo (Sen, 1999), coinciden en señalar que las personas con discapacidad en el mundo contemporáneo sufren distintos modos de desigualdad. Al respecto, el Informe Mundial de la Discapacidad (oms, 2011) brinda datos contundentes: las personas con discapacidad poseen peores niveles de salud que la población general, peores resultados académicos (derivados de la falta de acceso a la educación o de la falta de adaptaciones), menor participación económica (asociada a tasas de inactividad 2,5% mayores que en la población general y desempleo invisibilizado), tasas más altas de pobreza (un 80% de las personas con discapacidad son pobres), mayor dependencia y menor participación en la vida comunitaria.…”