Diversidad no es lo mismo que pluralismo: cambios en el campo religioso argentino (1985-2000) y lucha de los evangélicos por sus derechos religiosos

Abstract

El trabajo argumentará que, para entender adecuadamente las modificaciones del campo religioso argentino, es necesario también incluir las resistencias sociales a esos cambios debido a las consecuencias que traen para la práctica y el desarrollo de las religiones minoritarias. A partir de aportes conceptuales de Beckford, el trabajo se propone distinguir diversidad de pluralismo religioso y, atentos a la perspectiva de las "economías religiosas" propuesta por Stark y Iannaccone, se considerará al grado de regulación del mercado religioso como una variable de principal importancia para entender los cambios, tomando en cuenta tanto la acción gubernamental como la regulación social. Estas ideas se ejemplificarán examinando el aumento del movimiento social evangélico - más allá de su prioridad meramente religiosa - que lucha por derechos religiosos igualitarios en una situación de supuesto pluralismo religioso en Argentina.

Secularities, Diversities and Pluralities: Understanding the Challenges of Religious Diversity in Latin America

“…The second particularity of our model is aimed at overcoming the implicit and explicit binarisms in the literature on the emerging religious diversity in Latin America by adding degrees which can further qualify the three dimensions above. Like Eck (2001), Frigerio and Wynarczyk (2008) and Levine (2009), we sustain the analytical relevance of distinguishing between the quantitative emergence of religious diversity, the configuration of religious plurality, and religious pluralism as a combined and ceaseless process. Following this logic, instead of conveying in our model the idea of societies that are "uniform" or "diverse" in terms of religious (un)affiliation; "hegemonic" or "plural" in the subfield of organized religions, and "confessional" or "secular" with regard to the state, we want to convey multiple degrees of diversity, plurality and secularity that can be found in society, organized religions and state dimensions respectively.…”

“…Frigerio and Wynarczyk (2008) refer to the importance of Beckford's conceptual distinction between pluralism as i) "the magnitude" of religious diversity, ii) the extent to which religious minorities are "accepted" in a society and iii) the acknowledgement of the "moral and political value" of religious diversity (2008, pp. 233-234).…”

“…This is a plurality that describes religious fields where majority and minority religions and religious groups not only value (Frigerio & Wynarczyk, 2008) their different or similar contributions to the religious and extra-religious dimensions but do so by openly communicating with each other (Vallverdu, 2005, p. 63). This particular type of religious plurality may include interfaith dialogues as well as other (sociopolitical) dialogues among the religious denominations' lay members or non-"authorized" voices (Levine, 2009, p. 406).…”

Pan y palabras. La inserción evangélica en la gestión pública en Argentina

“…A sus habituales opciones religiosas, vinculadas a modalidades propias de la religiosidad popular (donde se mixturan devociones católicas con prácticas como la curandería), los sectores populares incorporaron a las iglesias evangélicas (particularmente pentecostales) a su corpus de prácticas barriales. De una posición sectaria y hostilizada por los medios de comunicación y por ciertas prácticas políticas (Frigerio y Wynarczyk 2008), los evangélicos pasaron a representar el nueve por ciento de la población total (Algranti et al 2013), e intensificaron su presencia en el territorio: en las zonas periféricas de las grandes urbes, por cada capilla o parroquia católica se cuentan diez o más comunidades pentecostales, en muchos casos, de características muy sencillas (generalmente montadas en el garaje de una casa o en un local comercial), pero no por ellos menos presentes en las interacciones locales.…”

“…Si bien en dicha oportunidad las iniciativas evangélicas se encontraron subordinadas a las directrices implantadas por la jerarquía de la Iglesia Católica, 4 su participación representó un punto de inflexión simbólica, si se considera que diez años antes los evangélicos en su conjunto eran considerados en la narrativa mediática como sectas o inclusive como agencias invasivas foráneas (Frigerio y Wynarczyk 2008).…”