“…La lista de autores correspondiente a cada una de las especies citadas puede chequearse en Zavattieri & Batten (1996) Distintos autores enfatizaron el valor paleoecológico que presentan las Chlorococcales, y en especial, Botryococcus Kützing 1849, en la evaluación de algunos parámetros tales como el nivel de nutrientes presentes en un cuerpo de agua (estado trófico), y en menor medida, la profundidad. Botryococcus es una forma dulceacuícola y eurihalina, que prospera inclusive en albúferas (Medeanic, 2006); para algunos autores sería un elemento de valor ecológico discutido (Hutchinson, 1957), en tanto que otros señalan que puede p v estar presente y aún ser relativamente abundante en medios eutróficos (Zalocar de Domitrovic et al, 1998;Jankovská & Komárek, 2000;van Geel, 2001); sin embargo, Botryococcus parecería darse preferentemente en cuerpos de agua oligotróficos (Ottone et al, 2005), y de hecho, su disminución y eventual desaparición es usada como índice de eutrofización (Blomqvist et al, 2001;Smittenberg et al, 2003), en tanto que su incremento, como signo de oligotrofización (Wake & Hillem, 1980;UNEP, 2000;Huszar et al, 2003;Khursevich et al, 2003;Chmura et al, 2006;Riera et al, 2006), llegando a ser dominante en ambientes extremos, oligotróficos o hasta eventualmente distróficos, donde otras algas Chlorococcales no pueden prosperar (Jankovská & Komárek, 2000). Plaesiodictyon Wille 1970, en cambio, por comparación con Pediastrum Meyen 1829, podría darse tanto en medios eutróficos como oligotróficos (Komárek & Jankovská, 2001;Ottone et al, 2005).…”