“…La cotidianidad de lo que ocurre en una escuela, al interior de sus aulas, en las relaciones humanas, los gestos, los olores, aromas, el trabajo manual, la distribución de los espacios y todo aquello por lo que la sensibilidad se ve afectada, a fin de disponer la individualidad de un sujeto a la construcción de su subjetividad en un nosotros, que se llama escuela (Marini, Rodríguez y Salas, 2018). En este contexto, se desenvuelve la reflexividad de una estética cotidiana, por lo que el tema de la interculturalidad, se propone como un componente esencial, para comprender cómo la cotidianidad de una escuela reconoce las distintas sensibilidades de los sujetos de una comunidad educativa, para desarrollar estrategias de vínculo y respeto desde las diferencias biográficas, como lo advierte el filósofo Fornet-Betancourt (2004) que a cada uno le corresponde respetar, comprender y desarrollar en una escuela.…”