“…El libre mercado ha llevado a la estandarización de los procesos educativos en un escenario de gran desigualdad social (Cavieres-Fernández, 2014;Oliva & Cavieres-Fernández, 2016), donde la subvención escolar ha sido construida como si se tratara de toda una política de mejoramiento escolar bajo la promesa de que actuará como medio de movilidad social (Alarcón Leiva, Frites Camilla, & Gajardo Poblete, 2015;Raczynski, Muñoz, Weinstein, & Pascual, 2013). La Ley SEP asume que los centros educativos deben actuar como consumidores de un servicio, para lo cual deben aceptar primero que las capacidades necesarias para la mejora se encuentran fuera de ellos.…”