Es esencial fortalecer el camino hacia la mayor participación y la expansión democrática; sin embargo, aún se sigue considerando al género como un marcador de diferencia. Con un estudio de multicasos, transversal con enfoque metodológico mixto, se concluyó que los directivos tienden a estereotipar su propio comportamiento de acuerdo a los valores culturales concebidos por la sociedad para cada sexo y que el mayor desarrollo de la práctica de la dirección, principios de dirección masculina según Mintzberg y/o femenina según Helgesen con la finalidad de plantear lineamientos de mejora, se puede deber al énfasis que ponga cada director o directora.