“…Unas de las primeras referencias que se pueden encontrar sobre la violencia de género son el carácter violatorio de los derechos humanos y su mención como un problema de salud pública que afectan indiscriminadamente a niños, niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres adultas, los cuales se manifiestan en diferentes entornos socioculturales y políticos y de maneras muy diversas; incluso, causando en la muerte a las víctimas, que en el caso de las mujeres, se conoce como feminicidio (Neves, 2016). La violencia de género se puede entender como toda conducta violenta ejercida en función del género y que se produce en el entorno privado o público y resulta en un daño de naturaleza física, psicológica o sexual, o en el sufrimiento de la persona derivado de conductas amenazantes, como la coacción, la intimidación o la restricción de la movilidad de la persona (De la Peña, 2015; Zambrano et al, 2017;Medeiros & Denis, 2019). Respecto al ámbito privado, se encuentran las manifestaciones de violencia que ocurren en el relacionamiento de las parejas y las familias; mientras en el ámbito público se ubican expresiones de violencia que tienen lugar en el relacionamiento de los individuos en los espacios públicos, en el entorno laboral, en el entorno escolar, en escenarios institucionalizados y en el marco del conflicto armado (Albertín Carbó, 2017).…”