“…Por su parte, el sociólogo Randall Collins (2009) reivindica el aporte realizado desde la sociología de las emociones, explicando que éstas son centrales para comprender tanto la cohesión como el conflicto social, especialmente en la generación de rituales de interacción. Desde una reflexión feminista, Solana & Vacarezza (2020) plantean que "la cuestión afectiva atraviesa la historia de los feminismos hasta el presente" (p. 2) en temas como la ética del cuidado, la mirada al cuerpo y su experiencia, y, en la denuncia al machismo y el patriarcado, los que "no son sólo contenidos ideológicos, sino también dispositivos que estructuran afectos, emociones y sentimientos" (p. 2). Algunas autoras (Macón, 2014) señalan que es clave la tercera ola del movimiento feminista para impulsar la reflexión sobre los afectos, a partir de, por ejemplo, el debate sobre los cuidados o de insistir en la experiencia situada y concreta de las y los sujetos; por otra parte, la misma autora señala que, el giro afectivo, puede entenderse "como un proyecto destinado a indagar en formas alternativas de aproximarse a la dimensión afectiva, pasional o emocional -y discutir las diferencias que pueda haber entre estas tres denominaciones-a partir de su rol en el ámbito público" (p.168), desbordando también la distinción entre privado/público y, de paso, cuestionando la idea de la racionalidad moderna de la política tradicional.…”