Tubulopapillary rectal adenocarcinoma in dog: clinical, surgical, pathological and immunophenotypical aspects: case report

Abstract

Intestinal carcinomas are rare in dogs. The prognosis and survival time are dependent of the histological type, the invasion of the intestinal wall by the malignant cells and the ability of primary neoplasm to produce metastasis. This study reports a case of a Yorkshire dog that developed a rectal tubulopapillary adenocarcinoma progressing to a peritoneal carcinomatosis and multiple metastasis in large intestines, bladder, kidney, iliac lymph node, liver and lungs, six months after transanal surgical resection of the primary rectal neoplasm. Clinical, surgical, pathological and immunophenotypic findings are described. COX-2 imunohistochemical score was higher in hepatic metastasis (score 9) than in the primary tumour (score 6), and the growth fraction (Ki-67) observed was of 49.2% in the rectal neoplasm.

Adenocarcinoma intestinal en un perro

“…2 El desarrollo de las neoplasias se ha investigado usualmente en machos entre ocho y nueve años de edad, lo que coincide con la reseña del paciente, y no se ha observado predisposición racial significativa, únicamente en algunos estudios se menciona mayor predisposición en Collie y pastor alemán. [1][2]5 Se ha observado que el adenocarcinoma intestinal canino puede mutar en el gen APC, que se asocia a pérdida de la regulación de β-catenina y E-caderina; mismo proceso que en humanos se ha asociado a poliposis adenomatosa familiar, mientras que en perros no existen reportes de dicha patología. 2 En 1980 se propuso la clasificación TNM para neoplasias intestinales en animales domésticos, de la que T1 indica sin invasión de la serosa, T2, invasión de la serosa y T3, invasión de la serosa y estructuras cercanas, pero no se logró usar para establecer el pronóstico del paciente hasta que se complementó con la estadificación i a iv, donde T: cantidad de capas histológicas afectadas, N: metástasis a linfonodos y M: metástasis distantes, entonces la clasificación se relacionó con el pronóstico y se pudieron tomar decisiones terapéuticas, aunque existen reportes donde se remarca la dificultad para predecir el comportamiento biológico de estas neoplasias.…”

“…2 En 1980 se propuso la clasificación TNM para neoplasias intestinales en animales domésticos, de la que T1 indica sin invasión de la serosa, T2, invasión de la serosa y T3, invasión de la serosa y estructuras cercanas, pero no se logró usar para establecer el pronóstico del paciente hasta que se complementó con la estadificación i a iv, donde T: cantidad de capas histológicas afectadas, N: metástasis a linfonodos y M: metástasis distantes, entonces la clasificación se relacionó con el pronóstico y se pudieron tomar decisiones terapéuticas, aunque existen reportes donde se remarca la dificultad para predecir el comportamiento biológico de estas neoplasias. 2,5 La Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2003 estableció una clasificación general para las neoplasias de origen epitelial del tracto gastrointestinal en humanos, misma que fue adaptada para perros: acinar, papilar, sólido, mucinoso y carcinoide. El adenocarcinoma acinar en duodeno es el más frecuente, seguido del papilar.…”

“…1,4 Hay otra clasificación histológica, donde se menciona el adenocarcinoma simple (papilar, tubular o tubulopapilar), el mucinoso, el de células en anillo en sello y el indiferenciado o sólido; a su vez, pueden ser únicos o múltiples; intraluminales o intramurales; polipoides o difusos. 5 En humanos se subdividen en, de bajo grado, cuando menos del 50 % de las células neoplásicas están en la glándula, o de alto grado, cuando hay más de 50 %. Esta clasificación se emplea para establecer un pronóstico junto con la infiltración vascular o linfática.…”

“…Se ha mencionado la aparición de focos metastásicos en linfonodos, hígado, pulmón y tejido cercano a las zonas de crecimiento de la neoplasia. 2,5 El adenocarcinoma intestinal generalmente se diagnostica cuando ya se encuentra en estado avanzado. En un estudio realizado en 33 perros, se observó que un 55 % de esa población ya presentaba metástasis en linfonodos y, un 24 % tenía metástasis distantes a otros órganos, los sitios más comunes fueron hígado y peritoneo, que se detectaron solo durante la necropsia; en el caso reportado, no se observaron focos de metástasis en otros sitios.…”

“…Algunos signos menos frecuentes son fiebre, efusión abdominal e hipoglucemia; el paciente de este caso presentó la mayoría de los signos reportados en la literatura. 5 Los hallazgos en patología clínica son variables de acuerdo con los signos clínicos y su severidad; en general se menciona anemia normocítica normocrómica secundaria a inflamación crónica, e inclusive, el desarrollo de anemia por deficiencia de hierro (secundaria a sangrado gastrointestinal), trombocitosis y leucograma inflamatorio. En el perfil bioquímico, se presentan alteraciones relacionadas con hemoconcentración, desequilibrio electrolítico y, ácido-base.…”