“…A esse respeito explicam Gallo e García (2011, p. 298-299): "Si entendemos la Educación como experiencia, estamos también alejados de um modelo de hombre que señala la idea de ser humano que se debe formar, de aquel hombre que se hace a partir de los presupuestos de uma educación normatizada y positiva". Uma educação como experiência é uma "educación negativa", conceito que se vincula à "figura del acontecimento", que faz alusão a uma educação performativa, que transforma, que valora a diferença, que se abre ao inesperado e que permite que "algo nos pase" (Gallo, 2011(Gallo, , 2017. Em suma, uma educação assim concebida necessita de "[...] algunos encuentros con el caos que está afuera de lo discursivo, necesita abrirse a las posibilidades que hay en la vida misma, debe permitir encuentros, desplazamientos un acto del devenir constante, de la apertura a los cambios, a las transformaciones" (Gallo & Martínez, 2015, p. 621).…”